Entonces tocó decidir lo más difícil.

¿Como se moverían através de aquel tablero?


¿Cuales serían los movimientos adecuados?

¿Acaso instaurar los mismos movimientos para todos, dejando que todas las piezas fueran iguales?

¿O hacer que cada uno muestre un movimiento característico, único, que lo defina de manera inequívoca?



jueves, 1 de diciembre de 2011

El rey ha muerto

El rey ha muerto.
Que caigan las torres, que se estremezcan sus cimientos, que tiemblen sus almenas.

El rey ha muerto.
Lejos, el caballero, maldice el día en el que tembló su pulso, dudó su espada, tropezó su caballo. Con las manos desnudas cava una tumba.

El rey ha muerto.
Quieto y silencioso, el alfil entona una muda súplica con la esperanza de acallar su dolor. Nadie parece escucharle. Tampoco él lo espera.

El rey ha muerto.
Los peones lloran. No hacen nada por ocultar la pena que les brota de dentro. Lamentan la pérdida de su rey de la única manera que saben hacerlo. Las lágrimas no les permiten ver el tablero.

El rey ha muerto.
Por más veces que lo repita, la frase no parece tener sentido, no puede ser real.El rey ha muerto...La reina no sabe como continuar con su vida.

El rey ha muerto. La pieza abatida enmudece el tablero.
El rey ha muerto. Silencio.

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